Enemigo de una emprendedora

Como mujeres emprendedoras tenemos varios enemigos, que atentan contra nuestros sueños y deseos de emprender un negocio o un proyecto personal ya sea comercial o social.

Hoy quiero hablar de uno de ellos: LA CULPABILIDAD

Ahh, no la conoceré muy bien. Cuantas cosas dejamos de hacer por nosotras mismas, porque nos sentimos culpables, por tener que «descuidar» alguna que otra «responsabilidad» o compromiso.

Muchas veces nuestro entorno se encarga de decirnos o hacernos preguntas incómodas como ¿y con tus hijos como vas hacer?, y ¿vas a dejar tu casa?, ¿vas a dejar tu trabajo?, ¿tu salario seguro?, ¿vas a salir por la vida sola?, y ustedes pueden seguir completando todo lo que ya habrán escuchado.

Pero escuchar de otros es una excusa más para no asumir la responsabilidad nada más. Porque el peor enemigo se presenta cuando, sin que nadie nos diga nada, nosotras mismas nos decimos todo eso y más. Entonces muchas veces ni hablamos con nadie de nuestros sueños y proyectos, porque nuestra mente ya se encargó de callar y apagar ese deseo de salir y realizarse como profesional como emprendedora. Porque ¿cómo vas a enfocarte en vos misma, en tus propios deseos  y sueños, si tenés otras responsabilidades?

Y por otro lado, vemos mujeres que se rebelan y van al otro extremo renunciando a la maternidad, a las relaciones sociales, etc, para enfocarse de lleno en sus carreras o negocios. O al revés, mujeres renunciando a su carrera, a su sueño de emprender, para ser mamá.

Y nada mal con una u otra cosa, siempre y cuando sea la elección consciente de cada mujer, y eso realmente le da paz y felicidad y le haga sentir completa. GENIAL! Pero qué pasa, cuando no estás completa? Cuando hay como algo allá en el fondo que te dice que algo falta? ¿Qué pasa con esa sensación de fracaso, vacío o incapacidad? por no llevar a cabo esos sueños que alguna vez tuvimos.

Es que los extremos siempre son malos. El desafío es encontrar el equilibrio, según el diseño y el propósito único que cada una tenemos.

Somos naturalmente multifacéticas. Tenemos en nuestro diseño esa habilidad natural. El problema es que con la ensalada mental que tenemos, nos confundimos y tenemos la tendencia de caer hacia un extremo, o terminamos mal utilizando nuestra habilidad de hacer varias cosas al mismo tiempo. Entonces nos cansamos de tanto hacer cosas todo el tiempo, pero sin hacer lo que nos llena, nos satisface. Y así muchas terminan enfermando, porque cuando no estamos viviendo en equilibrio, no estamos siendo plenas, no estamos viviendo conforme a nuestro diseño, empiezan a aparecer los dolores de cabeza recurrentes, sin explicación. Dolores de espaldas, contracturas, depresiones, angustia, etc, etc, etc.

¿Pero cómo saber? ¿cómo encontrar ese equilibrio? Sin descuidar ningún área importante? Sin sentirnos culpables en el intento?

Hay una tendencia en las mujeres de sentirse culpables por luchar por sus sueños, pero si luchan, se sienten culpable por sacrificar otras cosas.

Desde mi experiencia, lo primero que hay que hacer es organizar nuestra mente, poner los pensamientos adecuados en su lugar.

Algunos pasos que apliqué para comenzar y me han resultado son:

  • Revisar lo que tengo en mi mente y corazón: sueños, intereses, gustos, deseos, frustraciones, postergaciones. Escribí y reflexioné.
  • Definir cuales son importantes en esta etapa de mi vida. Porque lo que era importante cuando tenía 15, ya no lo es ahora, y lo que es importante ahora para mí, muy probablemente no lo será dentro de 10 años. Vamos cambiando, es el proceso natural de la vida. Necesito autonalizarme, conocerme y reconocerme en el momento presente.
  • Ordenar prioridades. Una vez que supe qué exactamente me gustaría hacer. Cuando pude reconocer cual es mi diseño y  mi propósito, me propuse a hacer lo que sea necesario para llevar a cabo. Eso pasó a ser una de mis prioridades en esta etapa de mi vida.
  • Evaluar  mi tiempo. Hice un diagnóstico de la distribución y uso de mi tiempo. Escribí lo que hacía en cada horario y cada día. Y me dí cuenta en ese proceso, que no dedicaba nada de tiempo para mi misma, para mi desarrollo personal por ejemplo. Hacia mil cosas, pero todas actividades dispersas, ninguna enfocada a un propósito en particular.
  • Organizar el uso de mi tiempo. Una vez que tuve claro lo que quería hacer, empecé a redifinir los tiempos que  dedicaría a cada cosa y agregué nuevas actividades/tareas relacionadas a mis nuevas metas.

Estos pasos me ayudaron a organizar mi mente y mi tiempo. Y por sobre todo a tener paz, porque podía visualizar con claridad, que me estaba ocupando diligentemente de todas mis responsabilidades, a pesar de empezar a hacer nuevas cosas que estaban enfocadas a mi persona, a mi desarrollo y al cumplimiento de mis sueños.

Sí necesitaba esa paz, para no pasarme los días, diciéndome  y excusandome que no tenia tiempo porque  primero debia ocuparme de mil cosas, después mis sueños, primero esto, primero lo otro, o por estar trabajando demasiado un día, pensar que ya era una madre irresponsable porque me pasaba muchas horas leyendo  o trabajando (Este fue mi caso en varios ocasiones. Para otras la culpabilidad puede venir en su rol de hija, de esposa, de amiga, en fin, en cualquier rol que les toque).

Es importante saber que es un proceso, que la organización no es magia, que necesitamos tomarnos el tiempo para ordenar nuestra mente y nuestras prioridades, y en base a eso ordenar la distribución del tiempo. Al saber que es un proceso, sabremos que debemos ir haciendo ajustes de tanto en tanto. Recomiendo revisar cada 3 meses como están yendo la distribución, y ser flexible para ajustar siempre conforme a sus prioridades y necesidades.

TIPS para hacer tu propio cuadro de tiempo.

  • Hacer un cuadro semanal. Si tus semanas tienen rutinas bastantes homogéneas. Puede ser mensual si tus semanas varían mucho de una a otra.
  • Asignar tiempos específicos a cada categoría de compromiso/responsabilidad
  • Colorear por tipo de compromiso. Ej.: Familiar, Matrimonial, Laboral, Personal, Doméstico (cuidado de la casa); Empresarial/negocio. Social/Servicio. Ocio/Esparcimiento.

Por ejemplo: Yo asigné un color a mi tiempo personal (algún momento escribiré sobre esto), otro color para mi tiempo con mi familia, otro para mi tiempo de servicio ministerial, como también está diferenciado el tiempo que dedico a mis emprendimientos.

  • El cuadro es solo por categoría, no está por actividades específicas. solo está organizado por áreas de interés o compromiso. Por ejemplo, con mi familia hago diferentes actividades: Cenar en familia, salir en familia, Altar familiar (tiempo de oración y lectura de la Biblia, Chofereada de mis hijas, etc) Estos detalles ya tenemos agendado en otra herramienta.

Para que sirve un cuadro así?

Primero para ordenar tu mente. Tener conciencia de cuanto tiempo dedicas o debes dedicar a cada área de tu vida, que en este momento son importantes para vos.

Por un lado  facilita identificar a qué le estás dedicando más tiempo o menos tiempo de lo necesario, y según tus prioridades, podes realizar los ajustes necesarios, ya sea para aumentar el tiempo que dedicas a un área o disminuir de otro que en este momento no requiera tanto tiempo, y así hacer los ajustes necesarios para equilibrar tu tiempo.

Por otro lado, el poder visualizar la cantidad de tiempo que estás dedicando a cada área, te permitirá tomar conciencia, que aunque pases X cantidad de horas trabajando, sabes que también estás X cantidad de horas dedicada a tu familia, o a tu desarrollo personal. Y no hay culpa, porque sos diligente y fiel con cada tiempo establecido para cada cosa.

Cuando tomas conciencia del tiempo que estás dedicando a cada área de tu interés y compromiso, es más fácil vencer los pensamientos de culpa que asechan y usamos como excusa para procastinar nuestros sueños.

Te animo que hagas tu cuadro de tiempo. Podes hacer en la computadora o en una hoja de cuaderno.

Muy probablemente, te encuentres que en realidad te falte tiempo, pero respira hondo y analiza con sinceridad donde hay fuga de minuto se incluso horas, en actividades que no están aportando en áreas u objetivos importantes para tu vida.

Muchas decisiones empezarás hacer a partir de este momento, y no sentirás culpa de esos ajustes que vas a hacer, porque todo tiene un propósito.

Y finalmente, les dejo con lo que dice la Biblia en Eclesiastes 3 , que dice:

Hay un tiempo para todo
 Todo tiene su momento oportuno; hay un tiempo para todo lo que se hace bajo el cielo:

 un tiempo para nacer,
    y un tiempo para morir;
un tiempo para plantar,
    y un tiempo para cosechar;
 un tiempo para matar,
    y un tiempo para sanar;
un tiempo para destruir,
    y un tiempo para construir;
 un tiempo para llorar,
    y un tiempo para reír;
un tiempo para estar de luto,
    y un tiempo para saltar de gusto;
 un tiempo para esparcir piedras,
    y un tiempo para recogerlas;
un tiempo para abrazarse,
    y un tiempo para despedirse;
 un tiempo para intentar,
    y un tiempo para desistir;
un tiempo para guardar,
    y un tiempo para desechar;
 un tiempo para rasgar,
    y un tiempo para coser;
un tiempo para callar,
    y un tiempo para hablar;
 un tiempo para amar,
    y un tiempo para odiar;
un tiempo para la guerra,
    y un tiempo para la paz.

Para todo hay tiempo, es cuestión de organizarnos definiendo prioridades según la etapa y el momento en que estés viviendo.
¡Un abrazo de oso!
Alma

 

EJEMPLO DE CUADRO DE DISTRIBUCIÓN DE TIEMPO

Ejemplo de organización

Deja un comentario